24/07/2014
Seeglass: características de los vidrios templados
La mejor solución para los cerramientos acristalados sin perfiles verticales es el VIDRIO TEMPLADO, que le aporta la seguridad y la estética propia de un producto de la máxima calidad y durabilidad.
El vidrio templado se obtiene mediante un procedimiento por el cual, aplicando calor, se incrementa la resistencia natural del vidrio.
Cómo saber si un vidrio es de calidad
Cuando un vidrio templado se rompe, aparecen miles de pedazos de cristal. La calidad de este vidrio de seguridad se mide por el tamaño de estos fragmentos.
De hecho, según la norma IRAM 12556 se considera de buena calidad si el tamaño máximo de los trozos de vidrio son menores a 5 veces su espesor, o bien los 10 fragmentos más grandes no sobrepasan la masa de 6.500 milímetros cuadrados.
La resistencia de un vidrio templado es aproximadamente 5 veces superior a la un vidrio normal. De hecho un vidrio no templado suele tener un módulo de rotura de entre 350 a 550 Kg/cm2, mientras que en un vidrio templado de calidad oscila entre 1.850 a 2.100 Kg/cm2.
Ensayos de resistencia
Para obtener un vidrio templado es necesario elevar la temperatura de un vidrio común hasta 650º y una vez alcanzada esta temperatura, enfriarlo bruscamente con aire frío a presión.
El resultado que se obtiene es un vidrio de seguridad muy resistente, que soporta perfectamente los golpes y es difícil romper. Su punto más débil son los cantos, y en todo caso, la rotura produce fragmentos redondeados que no causan peligros de cortes.
Sólo en muy raras ocasiones se pueden producir roturas espontáneas del vidrio templado. Esto se debe a que en el proceso de templado se producen imperfecciones de sulfuro de níquel que pueden generar tensiones hasta producirse las mencionadas roturas espontáneas. La fabricación de este tipo de vidrios tiene contemplado este tipo de incidencias en sus normas de tolerancia.
A continuación se adjunta la tabla de pesos del vidrio templado en función de su grosor: